Octubre 04/2015, Teatro Caupolicán:

Reencontrarse con el pasado siempre es un ejercicio interesante. El hecho de que NIGHTWISH viniese, ya auguraba algún tipo de confirmación o sorpresa. Debo ser muy honesta, me pregunté muchas veces cómo los grupos de metal sobreviven a los años y ésta, era la oportunidad de averiguarlo.

El Caupolicán estuvo perfecto como sede, tanto en tamaño como en acústica. Se necesitaba un lugar en el que no sobrara el espacio y a la vez, se creara un tipo de vínculo con el público que enfrentémoslo: Comulga con lo que hay.

CATERINA NIX:
El aperitivo fue Caterina Nix. Puedo ser suave y rescatar la energía y ganas de tocar que quedaban clarísimas al momento de interpretar cada canción y al enfatizar el hecho de que habían sido compuestas por el ex-guitarrista de STRATOVARIUS y por ella.

Debo comenzar por el cliché de preguntar: ¿Por qué en Inglés?.

El inglés como nunca se entendía a la perfección, lo que resultó trágico para mí, ya que el ejercicio de escuchar básicos deseos y relatos de amor una y otra vez, me hizo comenzar a mirar a los vendedores de golosinas con más interés que al show mismo.

Debo destacar que las desafinaciones y gritos eran constantes. Las melodías, básicas y repetitivas. La actitud escénica, sobreactuada y como amo la música, mis oídos hicieron un esfuerzo desesperado por rescatar y aferrarme a algo. Ahí podría decir que encontré juegos agradables desde un piano Korg dialogando con guitarras. Las baterías bien, al servicio de los temas más que proponiendo.

Debo decir que es un clásico observar cómo las bandas se amigan o cooperan con bandas conocidas para "Hacerse un nombre" y creo que es un error. La mejor manera de presentarse debe ser la música. La forma, el sonido y el vestuario, son elementos que adornan y apoyan un algo consistente. No escuché consistencia ni pasión. Escuché sólo la pretensión de llegar un algo, que por lo demás ya existe.

POLIMETRO:
Para cuando sale a escena POLIMETRO, las personas todas expectantes, y por qué no decirlo, "Arriba de la pelota", esperan y aplauden a un grupo bastante querido y respetado. POLIMETRO abre con "Despertar". Despierto con una buena energía de banda, una clara confianza escénica, buen fiatto entre los músicos y como se dice: Se notan los años de circo.

POLIMETRO suena armado, tienen un sonido aceptable y una ejecución bastante pulcra que desea y eso se nota, ir por caminos de virtusísmo y éxito.

¿Dónde está la originalidad?, ¿Cuál es la apuesta?. Me sentí como en la sinopsis de las películas del verano. Todas grandilocuentemente realizadas, pero al final te das cuenta de que si has visto una, las has visto todas.

Mis oídos se acostumbran y ya no hay retorno. Me parece agotador, pero disfruto viendo a las personas cantar y divertirse. No sé si es un cariño y respeto por una banda de antaño, o el cínico entusiasmo de saber que pronto, muy pronto viene NIGHTWISH, la banda que todos están esperando.

Algo interesante de comentar, es cómo espacio se amplía de acuerdo a quién lo use. POLIMETRO entra grande. Se siente una energía que crece en sonido y en presencia respecto a la banda anterior, aunque creo que se debe a que están acostumbrados al show que muestran. No están en terreno nuevo. Una vez más, comienzo a buscar a los vendedores de suflitos.

Al finalizar la presentación de los santiaguinos, respiro y noto que me cansé. Mucha extrema ejecución en las guitarras sin un sentido... y así comienza la preparación para el plato de fondo.

NIGHTWISH:
Tengo la gran duda de cómo resultará esto después de tantos años. Es complejo para cualquier vocalista llegar a un grupo consagrado y en el que Tarja Turunen era tremendamente querida por su carisma, pero por otra parte, Floor Jansen, ya lleva varios años con ellos.

Pantalla gigante sobre el escenario, que hasta ese momento, me pareció simplón y descuidado. Pareciera ser que las luces y el sonidista despertaron o cambiaron, ya que el Caupolicán se transforma. Salen contentos, sonrientes, con una energía exquisita y Floor Jansen toma el protagonísmo con una voz impactante, un registro privilegiado y un manejo escénico y energético que se agradece. Ahora el escenario es hermoso y ellos, son gigantes.

Ya nada me parece pequeño y no es porque sea NIGHTWISH. Estaba preparada para encontrar algo, pero tiene que ver con el profundo disfrute de hacer lo que haces. Los temas, ya los conocemos y si bien tocan sensibilidades comunes, hablan de mitos y realidades ajenas a la nuestra, pero funciona. Algo nos invita a una fiesta y ellos, son los perfectos anfitriones.

Me agrada cómo Floor Jansen se apropia de los temas grabados por Tarja. Sin imitar, pero tampoco modificando en exceso la sensación de cada tema, saca brillo de lo que la banda proveniente de Finlandia ya traía y los hizo famosos. Bellos momentos acústicos y baladas como "Sleeping sun", son la nota alta, junto con un teatro que casi se deshacía coreando "Wishmaster".

Hablaban al público, les cantaban buscando sus caras y sus expresiones. El infaltable clásico de recibir la bandera de Chile y ponerla a los pies de la batería que en algunos momentos de solo brilló con luz propia y una sinergia grupal que se agradece. ¿Cómo no disfrutar de la música cuando está hecha desde una sensación plena y honesta?.

Quizás lo único que habría cambiado, era subirle un poco a los pianos. Son un elemento fundamental y a ratos pasaban un poco piola, pero en general un buen sonido, no sobre-saturado ni volúmenes reventados y una grata experiencia de ver y comprobar qué pasa con las bandas de Metal al pasar de los años.

NIGHTWISH fue un excelente plato y sin duda, Floor Jansen, el postre perfecto para llevarme el recuerdo de una voz que puede ser cálida, gutural, metálica, poderosa y suave a la vez.

Por Macarena Reyes M.
Fotos: Mauricio Navarro Mičin. (Ver galería completa en el siguiente Link.)