Mayo 02/2025, Teatro la Cúpula.

El pasado 2 de mayo, la banda estadounidense W.A.S.P., liderada por Blackie Lawless, cuyo debut en el país ocurrió durante un 3 de junio de 2005, se reunió por segunda vez con el público chileno, tras casi veinte años de ausencia. Retorno enmarcado por la gira de los 40 años del primer álbum de estudio de la agrupación. Algo que sumó incluso mayor mística a este reencuentro, que sin duda alguna los fanáticos de todas las edades esperaron con muchísimas expectativas.

ENIGMA
Con 35 años de trayectoria la banda nacional hizo gala de la energía que caracteriza su desplante e interpretación escénicas en el Heavy Metal chileno.

Con un Álvaro Paci inspirado, tanto a la hora de hacer la segunda voz, como de tocar guitarra y realizar los respectivos solos. Mientras que Sebastián Bello interpretaba con destreza el bajo, cuyo sonido fue audible durante toda la presentación, pudiendo destacar como el instrumento lo merece.

Por otro lado, José Antonio Vásquez sólido a la batería, sin tapar al resto ni disminuir su propia presencia, hizo el trabajo con mucha calidad. Por su parte Nelson Montenegro, cuya voz maneja un rango virtuoso en la escala de un cantante, y cuya energía era palpable, demostró lo que es capaz de hacer. Sin embargo, la ecualización a grandes rasgos impidió que este último se escuchase de la forma adecuada. Por tanto, aquello obstaculizó significativamente que se pudiera escuchar, tal como se lo merece, la voz. Pese a lo anterior era evidente la calidad de su ejecución.

W.A.S.P.
Con el preámbulo de "The End" de los DOORS, y un remix de canciones de la banda, en un escenario cargado de imágenes alusivas al sexo, la política y en general a la subversión de la moral hipócrita, Blackie Lawless hizo acto de presencia junto al resto de la banda. Donde Doug Blair guitarrista excepcional, Mike Duda gran bajista, y Aquiles Priester baterista preciso y furioso, demolieron todo a su paso con una pasión, calidad técnica y metal de elevada clase.

De inmediato comenzaron con "I Wanna Be Somebody", entusiasmando eufóricamente al público de manera instantánea, con un Blackie que, a diferencia de las fechas en 2023 tras su operación, se notaba con una vitalidad vocal brutal. Acompañado de Doug y Mike, cuyas segundas voces, en ocasiones tomando la batuta, han permitido que el frontman cuide su voz de mejor forma.
Algo que me gustaría remarcar desde ya, es lo increíblemente bien que se escuchó, como pocas veces he tenido la oportunidad de experimentar, especialmente en recintos de las características de un teatro. Y el virtuosísimo Doug que a cada oportunidad que tuvo de aplicar pasión y técnica, hizo de la guitarra eléctrica una gloriosa oda al Metal y el Rock & Roll.

Rápidamente siguió "L.O.V.E. Machine" en una vorágine constante de coreos por parte del público, y una demoledora interpretación de la banda. Simplemente la emoción era palpable a cada segundo, verso, solo de guitarra y galopantes ritmos de la avasalladora batería.

En canciones como "The Flame" y "B.A.D.", y "Hellion" demostraron su veta glam con mayores inclinaciones u inspiración rockeras, con una garra contagiosa, y particularmente con Blackie que, a sus 68 años, el estilo de vida, y el sinfín de otras variables, no queda otra cosa que aplaudir a semejante portento de voz tan melódica como rasposa y cargada de furia.

A mis ojos todo iba perfecto, el público estaba completamente entregado, los músicos estaban evidentemente relajados, pero algo ocurrió durante o al final de "Hellion" que Blackie se retiró al final de la canción diciendo algo como "nos vamos". Y es que antes de comenzar el momento de W.A.S.P., alguien, asumo que parte de la productora, comunicó que había cierta línea amarilla que no se debía cruzar. Ubicada en parte del escenario, me imagino que para delimitar el espacio donde podían estar los camarógrafos. Y lo que sucedió, presumo, es que un camarógrafo no cumplió con eso en un momento determinado. Por lo que la banda se retiró unos pocos minutos y finalmente volvió.

Tras esa pausa, comenzó la que algunos sienten es la mejor canción del conjunto, "Sleeping (in the Fire)". Donde una lírica cargada de poesía oscura y desesperanzadora sobre el amor, se unen a una voz dramática, potente, riffs poderosos y un solo épico. En el que, entre los puntos más altos de aquella noche, se hizo notar la sinergia entre público y W.A.S.P., en algo que fue hermoso.

Dando paso así a "On Your Knees" que con rapidez y coros aceleró nuevamente a los oyentes, preparándolos otra vez para un tema más pesado como "Tormentor", y por otro lado "The Torture Never Stops". Estos últimos dos, cargados de riffs pesados, y letras sobre la autodestrucción como decadencia del hablante lírico, en melodías oscuras, permitiendo una catarsis mediante el frenesí del público que nunca dejó de cantar con potencia en todos los coros.

Para quienes son seguidores del conjunto, elegir un setlist es muy difícil, por lo que prácticas musicales como lo que vino después se agradecen mucho. Ya que hicieron de "Inside the Electric Circus" / "I Don't Need No Doctor" / "Scream Until You Like It", un solo tema, seccionando parte de las respectivas composiciones para dar forma a un inicio, desarrollo y final. Lo mismo sucedió con "The Real Me" / "Forever Free" / "The Headless Children".

En su penúltima canción sonaría "Wild Child", otro de los puntos más altos de la velada, en que quedó patente que los oyentes estuvieron toda la noche comprometidos completamente y que nunca dejaron de mostrar su cariño por la obra del grupo.

Finalmente se despedirían con "Blind In Texas", donde todo lo bueno ocurrido hasta entonces no cesó de expresarse hasta después de que el frontman agradeciera a su gente por aquella noche.

Así como llegaron se marcharon, elevando la leyenda de W.A.S.P. entre sus seguidores. Y dejándome, de todo corazón, con ganas de volverlos a ver todos los años que Blackie se sienta capaz de continuar.

Por Joaquín Madariaga B.
Fotos por Fotos Metal. (Galería completa en el siguiente link)