'¿Te acuerdas de SPAWN OF POSSESSION? ¡Volvió! En forma de fichas'. Supurando directo del cadáver de su anterior encarnación, RETROMORPHOSIS se abre paso a la vida con "Psalmus Mortis" a modo de ofrenda; y la verdad, es cae como patada en el hocico sin previo aviso. Editado en febrero de 2025, el disco te agarra del cuello desde el primer segundo y te mete en un remolino de riffs que suenan a cuchillas oxidadas, una batería que parece que la grabaron luego de darle café a un rottweiler y guturales cual  gritos arrancados de una caldera abierta o un toro de falaris. Nada de huevadas bonitas, nada de suavidad: esto es metal duro y despiadado, hecho para dejarte respirando cortito.

Desde "Obscure Exordium" -la mejor intro track que recuerdo en el género ahorita- y ya con la despiadada embestida de "Vanished" encima, se puede percibir tortuoso andar de esta maquinaria pesada mal carburada, que con toda la fuerza del mundo, rechinando, empujando y pasando por encima de lo que pille. La banda se mueve entre técnica y brutalidad con una naturalidad que sorprende, como si tocar con este nivel de precisión fuera tan simple como sacar la basura. El sonido es frío, áspero y hostil, pero al mismo tiempo construido con una disciplina quirúrgica que te hace decir ‘ya, estos cabrones saben lo que están haciendo’.

Lo mejor es que no hay adornos innecesarios ni relleno disfrazado: acá es puro golpe, puro filo, pura intención. No vienen a ser simpáticos, vienen a dejar el pavimento marcado. "Psalmus Mortis" es ese tipo de álbum que te cambia el humor, que te aprieta las mandíbulas y te obliga a poner cara de "ya po', ¿qué más tení?". Es energía cruda, sin filtro, sin pedir permiso; y es ese equilibrio entre caos y disciplina lo que lo hace tan adictivo. Recomiendo no saltarse esa fase de obsesionarse con "The Tree" o el pulentísimo cierre con "Exalted Splendour"; ¡un lujazo!

Y aun así, dentro de toda esa violencia técnica, hay un brillo especial: el disco respira convicción. Entre cambios de tempo milimétricos, pasajes frenéticos y secciones donde todo se tensa al borde del colapso, RETROMORPHOSIS demuestra que tiene un norte clarísimo. "Psalmus Mortis" no sólo golpea: deja esa estela fría y ritual que se queda resonando en la cabeza mucho después de que termina. Te deja con la sensación de haber escuchado Metal que no busca caer bien, sino hacerte entender que esta banda viene encendida, hambrienta y lista para seguir rompiendo con más precisión y mala leche que nunca.

Por Hernán González U.