MASTERPLAN + GRAVE DIGGER + VISION DIVINE
Viejos héroes haciéndolas de roadies

8 de noviembre de 2025, Teatro Cariola.
La cita que ayer nos convocó comenzó temprano, aunque con ciertos atrasos que ya se veían venir desde el momento en que llegué al teatro. No había ni un guardia a la vista, así que me salté el incómodo momento del 'cacheo' y entré directo al recinto, con ese clásico piso pegajoso lleno de chela seca que caracteriza al Cariola
STEELRAGE
Los primeros en salir a escena fueron los 'vieja confiable' de STEELRAGE, banda que nunca decepciona y que se encargó de encender la mecha para lo que se vendría durante la jornada.

Había que guardar energías, pero fue difícil viendo el entusiasmo de los muchachos, que animaron el ambiente con temazos como "Glory", "The Last Card" y "We'll Never Give Up".
INNERFORCE
Luego fue el turno de los argentinos INNERFORCE, quienes destacaron por su buena onda y su Heavy Metal con toques de Speed, dejando un sabor más que agradable entre el público, que se sintió muy a gusto con ellos.

Así presentaron canciones como "Before I Die", "Revolution" y "Galleons of Nations", mientras la gente poco a poco repletaba el Cariola. Se armó buen quilombo, como ellos mismos pedían desde el escenario.
VISION DIVINE
Sorprendió ver a los chicos de VISION DIVINE en el escenario conectando sus equipos y haciendo pruebas de última hora. Mala señal... y, lamentablemente, sería la tónica para el resto de las bandas internacionales.
Después de unos minutos en los que el hype se vino un poco abajo al ver a los músicos haciendo pega de roadie, apareció el legendario Michele Luppi para interpretar dos temazos del "Stream of Consciousness" (2004): "The Secret of Life" y "Colours of My World".

Eso sí, el look del hombre... más ordinario que Adam Levine de MAROON 5 en Viña. Unos trapos que ni de pijama servían, pero vocalmente impecable, como en sus mejores días. Recordemos que esta gira marca el regreso de Luppi a la banda, por lo que el setlist se centró en los tres discos grabados con él al mando.
Llamó la atención que tanto los músicos como el cantante estuvieran conectados con cables -nada inalámbrico-, lo que trajo varios problemas de sonido. Incluso la guitarra del jefazo Olaf Thörsen se desconectó un par de veces, y se le vio bastante incómodo. Las teclas tampoco estaban bien niveladas. Con el paso de los temas, el sonido fue mejorando y la agrupación se notaba más cómoda, con Luppi prendidísimo, saludando a la gente en la barricada, la cual disfrutó clásicos como "The Perfect Machine" y "God Is Dead". Con un setlist preciso, aunque no tan extenso como se hubiera querido, los italianos se despidieron con "La Vita Fugge", dejando al público más que satisfecho.
GRAVE DIGGER
Con un pendón calaverístico de fondo, recibimos a los chicos (no tan chicos) de GRAVE DIGGER, que arrancaron con "Twilight of the Gods". La banda, comandada por el eterno Chris Boltendahl, apareció con un aspecto muy parecido al zombi de Cuentos de la Cripta, pero derrochando energía y una sonrisa juvenil. Se notaba que los cuatro tatas estaban disfrutando su regreso al público chileno, sonando poderosísimos.

El sonido fue bastante aceptable durante toda su presentación, aunque la falta de coros le quitó algo de fuerza a emblemas como "The Curse of Jacques" o "Rebellion", suplidos eso sí por las voces del público. Los germanos se dieron el gusto de hacer un repaso de su historia, regalándonos himnos como "Scotland United" o "Witch Hunter", cerrando con la infaltable "Heavy Metal Breakdown". Puro hit tras hit.
MASTERPLAN
A esta altura los pies ya no daban más: el suelo inclinado y pegajoso del Cariola -por toda esa chela seca que ya olía a peste- hacía el martirio completo. Tras demoras en la instalación del backline y del telón de fondo, los alemanes de MASTERPLAN subieron al escenario para hacer de técnicos, probando sonido y dejando en claro que la organización del evento fue, por decirlo suave, reguleque.
Con cerca de media hora de atraso, arrancaron con las infalibles "Enlighten Me" y "Spirit Never Dies", desatando la locura de los cuarentones sudorosos que los vimos en su primera visita a Chile allá por 2003, en el antiguo Teatro Providencia.

Destacó la potencia vocal de Rick Altzi, quien cumplió más que bien el desafío de estar a la altura del mítico Jorn Lande, al punto de que este último ni se echó de menos. En el bajo, el conocido Jari Kainulainen se lució con bases sólidas, mientras el líder Roland Grapow se veía cómodo y contento, casi como si el tiempo no pasara por él (o la tintura era de buena marca).
Comparando el setlist con el de sus últimas presentaciones, se notó que lo acortaron, posiblemente por los atrasos. Nos perdimos "Rise Again" y el Cover de HELLOWEEN "The Chance", pero disfrutamos joyas como "Crimson Rider" y "Back for My Life" del disco "Aeronautics" (2005). Fue, sin duda, la presentación más redonda de la noche, a pesar de que la banda no lanza material nuevo desde 2013 (sin contar el "PumpKings" de 2017, disco de covers de HELLOWEEN).

El concierto cerró con dos joyitas más del primer álbum: "Heroes" y "Crawling from Hell". Esta última se extendió bastante, ya que aprovecharon de presentar a cada integrante con pequeños solos, recordando pasajes de HELLOWEEN, DEEP PURPLE y LED ZEPPELIN.
Una jornada memorable para los amantes del Metal de la vieja escuela. Esperemos que la próxima vez que estas bandas vuelvan a Chile lo hagan con material nuevo y una mejor producción, para poder disfrutar como corresponde a los grupos con los que crecimos y que merecen sonar tan épicos como los recordamos. Mensaje para la producción: contraten roadies.
Por Daniel Arenas G.
Fotos por Fotos Metal. (Galería completa en el siguiente link)
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