UADA
Dosis precisa de embrujo y trance
Octubre 12/2023, Sala RBX.
Sin sorpresas, sin improvisación, ni particulares guiños a la audiencia chilena, se llevó a cabo el show de UADA en su segunda visita a nuestras tierras en la sala RBX de la capital. Sin embargo, los de Portland cumplieron: Llegaron, cautivaron a la audiencia con el aura oscura y las melodías místicas con las que ya se han hecho un nombre en la escena Black Metal contemporánea, y se marcharon.
SOL SISTERE
A las 19:00 hrs en punto abrió la primera banda, SOL SISTERE, agrupación ya reconocida en acompañar espectáculos como el que nos depara mas adelante. En un entorno familiar y de respeto, los santiguinos fueron un buen anfitrión para recibir a los presentes, quienes, poco a poco se iban congregando para esperar el evento principal.
Con la brutalidad y oscuridad que los caracteriza, los 'SOLSTICIO DE INVIERNO' entregó media hora de performance con una puesta sencilla, pero efectiva; con un despliegue musical lleno de atmosfera, y en el que, desde la acústica que ofrecía el lugar, ayudó mucho a generar el ambiente que poco a poco se estaba construyendo para recibir a los estelaristas... a pesar de ser aún pocos los presentes. Siempre es un agrado tener a grupos como SOL SISTERE de anfitrión.
NECRODEMON
A las 20:00 hrs siguió NECRODEMON, quienes subieron a los escenarios después de casi tres años sin actividad en vivo a causa de la Pandemia. Los ariqueños -con una sala más llena- lograron invitar al público a crear una vibra de mayor dinamismo, mayor interacción, en los que nos entregaron un repertorio conocido y valorado por sus seguidores, destacando "Satanized" y la emblemática "Que muera el perro Jesús".
Con prolijidad y mucha potencia, los originarios de la Ciudad de la Eterna Primavera logró el cometido. En poco mas de media hora, logró preparar las condiciones para ser la antesala del Main Event.
UADA
Luego de una corta espera, a las 21:00 hrs en punto y frente a poco mas de 200 personas, la agrupación liderada por Jake Superchi y James Sloan (lideres por ser almas creativas reconocidas del conjunto y los únicos miembros activos desde su fundación en el 2014) no tardaron en aparecer y espeluznar el recinto con los primeros segundos de la ya connotada "The Purging Fire", recibiendo como respuesta la ovación y entrega del respetable; consiguiendo la atmosfera y conexión propicia para "Snakes and Vultures" y "Djinn", piezas que, con muy poco entretiempo entre una y otra, envolvió rápidamente el local de Vicuña Mackenna en ese ambiente que desde el primer segundo y a todas luces (y tinieblas) buscó la banda y capitalizó con facilidad.
Es que a partir de piezas como "In the Abssence of the matter" y "The Dark" (Winter), el público se sintió como una totalidad, oscilando entre el típico, pero nunca obsoleto headbanging y las miradas cautivadas y entregadas a los ejecutores sobre el escenario, quienes, sin mediar palabra alguna entre canciones (como es habitual), sin grandes expresiones de lenguaje corporal, ni puesta teatral grandilocuente, infestaron el lugar de la marca inevitable que esparce este grupo.
"Retraversing The Void", y la ya clásica "Cult Of a Dying Sun", consolidaría el camino al que considero el proceso mas sublime del show en cuanto a atmósfera se refiere y que tendría su momento cúlmine con "Black Autumn, White Spring", una de los cortes más queridos de UADA (reconocida incluso por aquellos que no son tan fanáticos), que terminó por fusionar lo que músicos y asistentes tenían para aportar: Una audiencia completamente entregada a los acordes filosos pero melódicos de las guitarras, la furia de los tambores y la oscuridad que emanaba de las cuerdas vocales; todo coronado con la acústica envolvente que ofreció el espacio, generó la sublimación de una agrupación que entregó -genuina y prolijamente- lo que tenía para ofrecer.
Después de una hora y diez minutos, el trance alcanzado comenzó a acabar. Las luces comenzaban a prenderse y los gritos pidiendo un bis de UADA se diluyó entre la resignación y una música envasada que nos advertía que la presentación había terminado; que la oscuridad que ofrecieron de forma genuina quedaba en el pasado. La performance, aunque corta en la percepción de algunos, entregó de forma sincera lo que el conjunto pudo entregar: un íntimo y honesto espectáculo de Black Metal a la altura de una banda con las características que UADA puede entregar. Nada menos, pero nada más.
Aunque esto último dejó con el ceño fruncido a más de alguno que se fue refunfuñando de la sala, es un detalle en comparación con la honestidad de la ejecución de los norteamericanos y esa conexión invisible pero latente con los asistentes, que es lo que más se agradece de todo el show (teloneros incluidos). Quien sabe apreciar la verdadera dimensión de lo que hordas como UADA puede ofrecer, considerará de esta una exhibición generosa de complicidad y fidelidad. Seamos sinceros: tanto en puesta en escena, como en propuesta musical, lo de UADA no es una fórmula nueva ni transformadora, pero es efectiva; y si es efectiva, ¿por qué cambiarla?
Por Juan Roco M.
Fotos por Francisco Aguilar.
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