BATUSHKA
Black Rituals
Hasta hace un tiempo, siempre que oía nombrar a los polacos BATUSHKA se me venía a la cabeza una imagen de una ceremonia sacrosantísima de Black Metal ortodoxo. Sin embargo, tras la separación de la agrupación, la disputa aún vigente de sus dos miembros principales me alejó un poco del trabajo de ambas facciones, por así decirlo. Solo durante el 2024 volví a conectar con las antiguas creaciones de este culto y me vino la curiosidad de saber en qué se encontraban estos locos. Y la verdad es que siento que a la versión liderada por el guatón Krysiuk le pegaron duro, pero no por lo compositivo, sino que por el dorama que han vivido los músicos originales y esta guerra personal derivada en batalla legal.
En lo musical, Kryisiuk se ha mantenido bastante activo editando un álbum y dos EP de estudio a la fecha, lanzando además a principios de año su segundo disco en vivo, titulado "Black Rituals", del cual hablaremos de aquí en adelante. Dicho concierto fue realizado en la ciudad húngara de Budapest durante el año 2021, siendo el primero de cuatro conciertos que se editarán en formato físico en el transcurso de los próximos años, permitiéndonos dilucidar cómo es la ceremonia que ahora ofrece esta mistérica agrupación.
La eucaristía negra parte con una introducción muy ligada al rito cristiano ortodoxo, con coros de voces graves limpias acompañando este descenso paulatino a las profundidades del infierno que se abre paso ante un silencio total del público, justo antes de comenzar a entonar las primeras vocalizaciones limpias que dan el inicio a "Irmos I", corte en el cual el conjunto muestra que su esencia musical sigue intacta pese a todo: está siempre presente ese juego de intensidades y melodías melancólicas, así como también lo hacen las voces eclesiásticas combinadas con la potente y desgarradora voz de su clásico vocalista. "Irmos III" es el siguiente salmo que entonan estos hermanos de la oscuridad con una potencia encomiable, que nuevamente luce una genial habilidad para unir brutalidad con sutileza con un aura de santidad retorcida. Esto fue algo que desde la edición de "Litourgiya" (2015) me cautivó en lo personal y a muchos alrededor del orbe, y aquí podemos apreciar con claridad que la mística sigue ahí contra todo pronóstico: el mal vive latente aún en el vientre de esta bestia malherida.
A lo largo del concierto la fuerza se mantiene en lo alto como una constante de la liturgia que BATUSHKA entrega a sus feligreses: un ritual de 53 minutos y medio de duración que no deja espacios abiertos a interpretaciones, manifestándose la voluntad divina como la unión de sus partes; todo es uno, uno es todo. Destacaría también los versos "Pismo I", "Polunosznica", la ya clásica "Yekteniya IV" y "Pismo VI", siendo este último el que culmina el negro ritual de adoración de manera magistral, dejando tras de sí solo cenizas y humo de incienso.
Una presentación memorable digna de presenciar cuando se tenga la oportunidad; no vale la pena dejarse llevar por cahuines y conflictos si lo que tenemos por delante es por el contrario digno de admiración y respeto, exhibiendo calidad, pulcritud y fuerza que emana desde las venas abiertas de esta congregación venida de Polonia para evangelizar al mundo con su arte oscuro y bizantino. Para disfrutarlo a la luz de un candelabro tomando vino dulce añejo, zampándose unas hostias bendecidas por 'Don Sata'. ¡Salve!
Por Hernán González U.
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