Los “Cabros de Bodom”, en clara alusión al lago que se encuentra ubicado en su natal Finlandia, interrumpen un prolongado silencio de cuatro años con el lanzamiento de “Hexed”, su décimo larga duración y el tercero bajo el alero de Nuclear Blast.

Luego de un comienzo totalmente prometedor a merced de dos excelentes discos como lo fueron “Something Wild” (1997),  más el espectacular “Hatebreeder” (1999), la banda comandada por el flacuchento Laiho, cayó en un pantano del cual no han podido escapar. El Melodic Death Power Metal que tanto nos sorprendió, perdió su ímpetu y ese toque novedoso, por lo que espero que con esta nueva placa logren llamar nuevamente mi atención, pero por el momento todo es un misterio hasta que comience a sonar este material que apareció en las calles a principios de este mes de marzo.

Al repasar el disco durante tres oportunidades, estoy en condiciones de dar mi veredicto: Lo más reciente de los finlandeses es un esfuerzo completamente estéril. Es una placa que no logra despegar, que sólo entrega ciertos pasajes dignos para un grupo que, para nuestra mala suerte, se perdió en el camino.

CHILDREN OF BODOM, en la actualidad, es un grupo que sólo ofrece destellos, pero nada contundente; desgraciadamente sufrieron un nuevo traspié. No obstante dentro de esos “voladores de luces” se puede rescatar al menos cuatro tracks: “Under Grass And Clover”, “Glass Houses”, “Kick In a Spleen” y “Hexed”, lo cual es insuficiente para dar una calificación positiva. Se puede agregar que es demasiado predecible y sin mucho que ofrecer cuando todo prácticamente ya fue creado.

En definitiva, muy poco para un quinteto que gozo de buena fama y excelente reputación, pero eso es pasado, aquellos gloriosos años se ven cubiertos por una espesa neblina haciendo prácticamente invisibles a esos jóvenes que sorprendieron a mediados de los noventas.

No soy dueño de la verdad, por ende la recomendación es que escuche el disco, hágase su propia opinión y si está es diferente a la mía me parece muy bien; podría ser el inicio de un debate más que interesante... aunque no creo.

Por Gustavo Maldonado G.