"Hernan, te mentí". Así comienza esta reseña, ya que falté a la verdad a mi compañero de armas en 'TPcito' o, mejor dicho, más bien me faltó prestar atención a "Defectum Omnium" el último disco de EXHORDER.

Corría el año 1990 cuando vio la luz el primer larga duración de este icónico grupo norteamericano. Ojo que si digo "icónico", es porque con tan solo dos producciones lograron posicionar su nombre en la escena de aquella época. Además, hasta el día de hoy, persisten los rumores de que posterior a la gira con los originarios de Nueva Orleans, los aún más emblemáticos PANTERA comenzaron con el sonido que definió tanto su carrera como el mismísimo Metal.

Volviendo a lo que nos convoca, con dos placas en el bolsillo, la banda de Louisiana desapareció del mapa, y tuvimos que esperar nada más ni nada menos que 29 años para volver a escuchar algo de los liderados -y único miembro activo- Kyle Thomas. En 2019, "Mourn the Southern Skies", llegó a remover a todos aquellos que recordábamos con nostalgia la potencia y violencia de "Slaughter in the Vatican" (1990) y "The Law" (1992). Y bueno, el sonido estaba, la agresividad también, pero a lo largo de este trabajo empezaban a abrazarse ritmos en cierta medida distintos del Thrash. ¿Es esto malo? No, aunque dejaba una extraña sensación al escucharlo que, sin ser un mal álbum, se sentía un poco al debe.

A principios de marzo del presente llegó "Defectum Omnium", la cual -y ahora entenderán- recomendé fervientemente a Hernan; pero -y me hago responsable- lo escuché de la misma forma que quizás lo hacen ustedes: mientras están lavando la loza, laburando estacionando autos o mirando 'Hámsters Extremos' tu teléfono. Entre esa falta de análisis, por momentos escuchaba sonidos que me gustaban. No obstante, y siendo consecuente, lo volví a escuchar con cuidado y mi opinión varió un poco. El esfuerzo comienza demoledor; los años pesan y se nota en la rapidez, sobre todo de la batería, y de la misma manera se aprecia claramente el bagaje y dominio en como ejecuta de Pat O'Brien (CANNIBAL CORPSE) quien es un nombre de peso en la escena.

Es aquí cuando llega el punto de inflexión. Tenemos un disco que empieza potente y fiel al Thrash, aunque después, al igual que el registro anterior, entra en tierras que beben del Punk, Sludge y cuanta cosa más inventen; y es en ese recorrido que, por lo menos, perdió mi interés. Creo que los momentos más cercanos a sus inicios son sólidos y da gusto escucharlos, pero en ese 'experimento' es en dónde pierde mi atención. ¿Es un mal trabajo? No, sin embargo, creo que seguiré escuchando los dos primeros más que los dos últimos.

Perdón, amigo, nunca te volveré a engañar.

Por Luis Oyaneder E.