Nuestros invocados el día de hoy cuentan con una blasfema, brutal y dilatada trayectoria. Desde su irrupción en 1988, comenzaron a pavimentar con azufre su impío camino, catapultándolos como un icono del 'Metal de Muerte'.

IMMOLATION en "Acts of God" nos hace ofrenda de su duodécimo Long Play. Esta producción es esparcida como la peste por Nuclear Blast, casa discográfica con la que llevan poco más de una década editando sus maléficas obras.

Ross Dolan y compañía recurren en este esfuerzo a una fórmula que, si bien no presenta mayor evolución, resulta siendo bastante efectiva.

La dupla Vigna-Bouks amedrenta en base a riffs y solos que cuentan con una dinámica interesante; existen pasajes densos, otros más bestiales con lo cual se evita caer en la monotonía. Por su parte, Steve Shalaty, tiene una perfomance digna de destacar, su 'pegada' tiene un peso muy ad-hoc al género que interpreta, sin lugar a duda este batero se merece un reconocimiento mayor porque méritos tiene de sobra. De su frontman hay que decir que, a pesar de que ha corrido mucha sangre bajo el puente, sigue manteniendo su voz de buena manera y con ella representa fielmente la 'chacalidad' de estos norteamericanos.

Luego de desmenuzar esta placa, quedo con la sensación de que como un todo, es una contundente demostración de lo que es el Death Metal norteamericano en la actualidad; temas como "The Age of No Light", "Noose of Thorns", "Shed the Light" y "Apostle", son la prueba más fehaciente. Otros tracks que también nos agradaron por la brumosa atmosfera que crean son "An Act of God" e "Incineration Procession".

En resumen, "Acts of God" es un trabajo que cumple con nuestras expectativas; no obstante, se encuentra unos peldaños más debajo de aberraciones como "Dawn of Possession" (1991) y "Here in After" (1996).

Por Gustavo Maldonado G.