Majestuosidad demoníaca en su máximo esplendor. Daemon vuelve a la carga contra el mundo con un nuevo libro de hechizos y conjuraciones, titulado "Opus Daemoniacal". El resultado es mágico e inmersivo, transportándote en el acto a parajes místicos con su Black Metal sinfónico cuidadosamente curado, dándole el aire de una ser una antigua maldición que vuelve a la superficie a atormentar a la humanidad.

El noveno álbum de LIMBONIC ART, editado vía Kryck Productions & Armour, consta de siete capítulos del más épico Metal Negro, sumergiendo al oyente en un vórtice de caos cósmico que te absorbe a lo largo sus 50' de duración. Es pegarse un viaje a la tierra media con un aura de maldad que nace desde los confines de la galaxia.

"Ad Astra et Abyssos" da inicio a esta oscura travesía con una densa atmósfera acompañada de afiladas guitarras y profundos teclados que construyen el entramado de este dominio en el que Daemon se refugia para invocar entidades infernales. La estructura de las canciones muestra un viaje melódico sobre el cual el hombreorquesta recita los versos de invocación y deambula maldiciendo la existencia.

Los temas se perciben como parte de un todo que debe ser recitado paso a paso, y cada canto es profundo y dinámico, exhibiendo vetas propias y desvaríos de la virtud que normalmente revientan en intensas expresiones de furia. Ejemplo de aquello es "Consigned to the Flames", corte el cual entrega una experiencia inmersiva y pesada que es un catártico rito arcano de preparación y moldeado que conecta de manera perfecta con "Vir Triumphalis", la que interpreto en mi mente como una versión 'Black' de Saruman incitando a los Uruk-Hai antes de partir a la guerra contra Rohan en El Señor de los Anillos. "The Wrath of Storms" es un corte que arranca con mucha fuerza y destaca por sus buenos riffs y cambios de intensidad; a ratos me imagino a Saruman invocando a la tormenta en el Paso de Caradhras desde lo alto de Orthanc, lanzando una ventisca de proporciones catastróficas que arrasa con todo a su alrededor. Épicamente maligno, sin lugar a dudas.

El final de este recorrido llega con "Ars Diavoli", capítulo que se manifiesta como un relato del inevitable triunfo del mal, trayendo consigo el reinado del caos, la muerte y la oscuridad. Una fantasía medieval llevada por el camino de las invocaciones infernales, cuyos demonios queman todo a su paso con su hálito de fuego y cenizas. Se hace un poco pesado el último tramo, pero se llega a la meta con agrado a fin de cuentas.

Así concluye este nuevo tomo de LIMBONIC ART: es épico, maligno, cósmico y fantásticamente tolkieniano. A veces puede extenderse mucho rato con las figuras rítmicas que elabora, sin embargo creo que tiene sentido cuando miras el resultado final de su obra y la forma en que teje con paciencia el compadre cual viejita en su junta de madres previo a jugar la lota. Cada fragmento sirve a un fin mayor, a un ser supremo que reina en las profundidades y guía la voluntad del buen Daemon. Me tomaría una Belzeboo de los valdivianos de Bundor, una cerveza dedicada al cola e' flecha que trae harto chocolate y café consigo, con un amargor medio de base que permite que destaquen mucho más las notas maltosas por encima del lúpulo. Un poco melosa, pero rica.

Por Hernán González U.