Mis primeros acercamientos a la propuesta de WANGELEN -si la memoria no me falla- se remontan al año 2008. Fue ahí cuando escuche “La Risa Pagana”, que era un álbum que se encontraba en la línea de grupos como VALTYR, FALKENBACH y MENHIR; es decir, un Pagan Black Metal con ciertos tintes más asociados al Folk.

La agrupación cuyo nombre en Mapudungún significa Estrella, en “El Pillán Dirige” -editado por Australis Records- nos presenta un trabajo que rompe un con lo expuesto en sus primeros trabajos dando un enfoque más folk y acústico a la placa. Sin embargo, los aires de guerra aún soplan con fuerza.

Al ir repasando la placa, se van vislumbrando el gran apego que tiene la agrupación por su tierra y el respeto por la misma. La inclusión de instrumentos autóctonos, por denominarlos de algún modo, le entregan un valor agregado y nos acercan un poco más a nuestras raíces y ancestros.

De los tracks que más disfruté, se encuentran “Demonio con guitarra y orquesta”, que es una especie de danza frenética que se desarrolla entre teclados a lo DIMMU BORGIR que dan un toque más épico, y los “golpes” de guitarra muy ligados a nuestro folclore. Por otro lado, con el fin de entender un poco mejor el concepto que hay detrás de “Tonada triste pa' los muertos” y de “Tonada Inexistente”, es necesario indicar que este tipo de melodías se caracterizan por tener como base una estructura en tonos menores, en la cual el por lo general el gran protagonista es la guitarra. No obstante, en estas canciones se quiebra un poco ese paradigma, transformándolas en cortes emotivos.

En líneas generales un disco excepcional, el atrevimiento y osadía que tiene WANGELEN es algo que aplaudo de pie. Siempre es bueno querer ir más allá rompiendo los límites autoimpuestos en pos de lograr sorprender a tus seguidores, y en ese sentido, el objetivo se cumple a cabalidad.

Mis felicitaciones y respetos para una agrupación que a través del Metal da a conocer nuestra cultura más allá de las fronteras. Que el Genio Maléfico, conocido como Pillán, siga haciendo de las suyas.

Por Gustavo Maldonado G.