MORBID ANGEL
Altars of Madness

Hoy en la sección de clásicos quiero rendirle honores al primer álbum de los gringos de MORBID ANGEL: "Altars of Madness". Editado en septiembre del 89', esta producción llegó para revolucionar toda la escena Death Metal no solo en la prolífica ciudad de Tampa, Florida, sino que en todo el mundo; no por nada son una de las bandas más populares dentro del estilo junto con CANNIBAL CORPSE, aunque sus sonidos difieren bastante y en realidad caminan en veredas opuestas pese a estar catalogados bajo el mismo estilo.

Este esfuerzo no tiene falla en sí, partiendo por la alucinante y demencial portada, un gran trabajo en artwork que hace fiel reflejo de lo que en su interior contiene esta placa. "Immortal Rites" y el sonido del riff en backwards dan la partida a este espasmódico ritual, en clara alusión a los supuestos mensajes satánicos que hay al escuchar cintas a la inversa. Ese quiebre que hace al golpear la batería y desatar el asedio de Death Metal al a vena es todo un sello, inconfundible para quien ya se ha versado en estas artes oscuras. Lo que se vive en este tema y a lo largo de la placa es muy claro: un delirio musical llevado a las profundidades de la oscuridad, donde los demonios reinan a su antojo.

El característico sonido de las alucinantes guitarras de Trey Azagthoth, como salta de los tremendos riffs a esas aberraciones sonoras que transformó en solos de guitarra -y en su sello personal- le dan un alma muy propia al sonido de esta banda; un capo de la música cuyos conocimientos escapan del Metal y recorren diversos paisajes sonoros llenos de oscuridad y misticismo. La batería de Pete Sandoval marca con vehemencia la cadencia del ritual, con una ejecución impecable que resulta magistral, lleno de diversos cambios de ritmo. Las vocales de David Vincent como manifiesto gutural sellan esta combinación letal que marcaría a generaciones completas con su oscura magnificencia.

"Visions of the Dark Side" es fiel reflejo de este death metal lleno de técnica y éxtasis, donde tenemos todos estos factores presentes: riff pegajoso y movedizo, cambios de ritmo a la orden del día y solos que rayan en lo demencial. "Maze of Torment" para qué decir; uno de esos clásicos infaltables en un concierto, que traen consigo un mosh de proporciones épicas, y ahí está nuevamente la fórmula mórbida llena de brutalidad. Y justo pegadito a este himno, otro clásico de su discografía, un dúo infaltable: "Lord of all Fevers and Plague" y "Chapel of Ghouls", las que además de estar llena de cambios de ritmo y tener una letra pegajosa traen consigo más solos y desvaríos por parte de Trey; una apología a la locura. El efecto que aplican a la voz de Vincent en el segundo track genera un efecto más distorsionador que viene a complementar perfectamente toda la línea del disco, que resulta ser consistente y coherente de principio a fin.

Ya en la recta final del Larga Duración hay piezas que realmente sellan con broche de oro este delirio insigne del Death Metal, como lo son "Blasphemy" e "Evil Spells". Aunque pueda ser materia de discusión, para mi "Altars of Madness" es una de las placas más importantes de todo el Death Metal, y mi favorita de 'MORBID', junto con el imponente "Covenant" (1993), en donde alcanzarían sonidos más densos aún y una madurez más marcada en su música, tal como demuestran en canciones como "God of Emptiness". Aquí, en Altars..., se respira pura potencia y desenfreno de principio a fin, y eso es lo que encanta.

Por Hernán González U.

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