Abril 20/2016, Teatro Caupolicán.

La entrada, para nosotros que eremos de 'prensa', era por la puerta trasera como en un buen recital de estrellas. Teatro Caupolicán absolutamente custodiado en su interior -bastante más que otras veces- y por la entrada principal una de las filas más ansiosas que he visto: Personas gritando, cantando, peleando y varios intentando comprar una entrada.

Así nos recibió el concierto de AVANTASIA. Con un desfile de ron cola, piscolas y Whisky. Nos dirigimos adelante y es como recibir Redbull a las venas. Inyección energética a la que no puedes escapar, ya que no sólo la ejecución es impecable -están afiatadísimos-, sino que además, ponen énfasis en el contacto visual y constante conexión con el público.

El concierto comenzó muy certero y entre los gritos, baterías, un fondo estético teatral y al mismo tiempo tétrico. Aparecen de a uno, ellos: Las super estrellas del Heavy/Power Metal. Cada uno aplaudido con ganas de forma independiente. Para luego emerger, desde algún contradictoriamente oscuro y a la vez feliz lugar mental: "Mystery of a Blood Red Rose". El mismo poder de convencimiento que Tobias Sammet, tuvo en el 2000 para traer de vuelta a quienes dejaban el Metal y reunirse en torno a un proyecto sinfónico distinto a lo que hasta es entonces se hacía, tuvo su impacto con el público.

Todos gritaban, bailaban, coreaban, cabeceaban y saltaban. Tanto Sammet, salta y persigue a Oliver Hartmann y Sascha Paeth, quienes le sonríen, ejecutan con la mayor pasión y precisión posible, pero no pierden oportunidad para constatar las caras y manifestaciones de felicidad del público.

Amanda Somerville y Herbie Langhans, entran radiantes y durante los tres primeros temas, sólo tienen ojos para el otro y bailan cantando y moviéndose frente a frente. Amanda es encantadora y el público la premia con aplausos, silbidos y el clásico 'Mijita rica'.

Es loco como tantos egos de tantas bandas populares, pueden convivir bien después de tantos años, ya que si bien, suenan como una ejercito de rocas y alegría a la vez, se percibe un aire sencillo y humilde.

Observo a Tobias hacer equilibrio, saltar, correr, abrazar y hablar acerca de cómo esta extensa gira por América y Europa los ha recibido bien, pero no como Chile. Me recordó a esa frase 'Si tuviera un hijo le pondría Chile'. Sobre todo porque extasiado, dando las gracias y repitiendo una y otra vez lo maravillosos que son los Chilenos, la energía (que se siente) y lo mucho que espero volver a tocar aquí, agrega "Las mujeres más hermosas, están en Chile". ¡Ejem!

"Presiento que esta, será toda una fiesta", dice Sammet. No comprendo. No lo haría hasta que la señora del baño me confirmaría: "Son tres horas, mi niña". ¿Qué?, ¿Tres horas?, ¡¿ Cómo resisten?!. No hay pausas, no hay intermedios. Sólo un público que grita, alaba y llega incluso a repetir frases chistosas en Alemán, solo para agasajar y homenajear a AVANTASIA.

Las guitarras, suenan poderosamente metálicas, la batería impecable, las voces enérgicas y magnéticas. Todo al unísono, sin descanso y con los niveles de locura, pasión y convicción intactos. Nunca pensé que disfrutaría tanto un concierto de Power Metal.

Entra Michael Kiske y la cosa se pone seria. El pelado, que partió su performance con "Ghostlights", da la sensación de estar en un ring de boxeo, sólo que la meta es el éxtasis del público y en lugar de golpes, se utiliza el sonido. Qué manejo de Kiske en todos los temas que le tocó intervenir. Los años pasan y hay figuras que conservan su capacidad física y de interpretación. Quizás porque algo cuidaron en el espíritu, que no se quedó en el camino como tantas veces sucede.

A "Unchain the Light", se le suma "Farewell" y "Twister", que me dejan absolutamente claro que no tienen intenciones de parar. Únicamente lo hacen para que Sasha vaya al baño y en el intertanto, conversan y parece funcionarles a la perfección.

"Ferewell", me deja con ganas de ir a una cervecería alemana, con dos trenzas y cantar con estos mismos cientos de personas haciendo “Salud” y a la vez, ganas de llamar a todas esas personas que puedo haber dañado para pedirles perdón.

Hay un segmento claramente definido como el de las baladas en el show, pero es un repaso de nostalgia y descanso, para que las melodías rabiosas, veloces y esperanzadas regresen y siento que acabo de darme vuelta la última etapa de Mario Bros y rescaté a la princesa.

John Lande aporta la rabia al ring, sobretodo en "The Scarecrow", y noto que cada uno aporta algo que todo espectador necesita escuchar. Todos por separado son pesos pesados, pero quizás la gracia del proyecto, además de su calidad técnica y creativa, tiene que ver precisamente con la capacidad carismática y empática que se refleja en vivo.

Hay muchos perfiles en el escenario, pero nadie opaca a nadie, lo que resulta muy atractivo y reconfortante de ver (¿nombre a Eric Martin?). Hay espacio para todos, incluso para las intervenciones de Sammet, quien se da el lujo de hablar de la banda, de la gira y bromear con cada uno de los músicos, y de preguntar, involucrar e interrogar al público. Un verdadero animador en el ring de los pesos pesados, que en realidad, son los más simpáticos.

De pronto, ya comenzando a rendir honores a los músicos, unas niñas le gritan a mi compañero de reporteo que por favor haga llevar su bandera hasta el escenario. Él, como buen enviado de la página y de los dioses que existen sólo en los conciertos de Metal (no en la vida real), lo logra y Tobias no puede dejar de mencionar que no entiende por qué le hacen llegar una bandera de Ecuador. "Ustedes están locos", dice. "¿Estamos en Chile?, estoy confundido. ¿Cuántos países hay aquí?".

No está al tanto de la situación de inmigrantes existente en Latinoamérica, pero lo integra con simpatía y la bandera se exhibe quedando ausente la de Chile, pero finalmente, estando lo realmente Chileno ahí: La energía.

Creo que si los músicos de AVANTASIA, son realmente consecuentes y saben identificar un público fiel y devoto, como ellos mismos corroboran: "Ustedes son la razón por la cual un joven músico, decide dedicarse a esto", debiesen nombrar a sus hijos Chile. O al menos como segundo nombre.

Teatro impecable, Sólo a Amanda le hubiera subido un poquito el volumen y el resto, perfecto.
Todos gozaron todo lo que no disfrutan en sus trabajos, relaciones y quehaceres diarios. AVANTASIA produce una reacción orgásmica en el público y se genera una masturbación colectiva.

Se desarma el concierto, pero las personas no quieren irse y no existe una sola persona enojada en ese teatro y me voy a casa como después de haber ido a Fantasiladia, es decir, Cansada, contenta y satisfecha.

Por: Macarena 'Cronca' Reyes.
Fotos: Victor Donoso Gutiérrez. (Ver galería completa en el siguiente Link.)