Diciembre 15/2019, Movistar Arena.

Pese a que son viajeros frecuentes por estos lares, mucho tiempo pasó para que volviera a ver en vivo y en directo a DREAM THEATER. Con talento por docenas, esta banda ya tiene más de 30 años en la escena y aún no se cansa de sacar discos; en lo personal, los vi únicamente cuando vinieron a mediados de diciembre de 2005, hace 14 años atrás, ni más ni menos. Y desde ese entonces le perdí el rumbo a estos gringos, sumado a lo poco que me convencieron sus discos posteriores. Finalmente, gracias a la invitación de “TPcito”, pude ir a la celebración de los 20 años del aclamado “Metropolis Pt. II: Scenes from a Memory”. ¡Y puta que estuvo weno, oye!

Pasadas las 20:00 hrs. y con un Movistar Arena repleto, se dio inicio a este show especial con una primera parte cargada a lo que es la presentación de su última placa, titulada “Distance Over Time” (2019). Bajo la ovación de un público eufórico dieron rápidamente inicio a su presentación con los primeros acordes de “Untethered Angel”. El sonido partió ahí maoma, y de a poco se fue arreglando hasta alcanzar un nivel de inteligibilidad decente, aunque no alcanzó para decir que fue chacal. De un principio se notó la energía y la alegría que la fanaticada entregaba en cada uno de estos temas, aunque claramente tendría su punto culmine más adelante. También destacaron “Fall into the light” y “Barstool Warrior” dentro de esta primera parte, con una impecable ejecución por parte de cada uno de los integrantes de la banda; a estas alturas creo que está demás decir que son los putos amos del prog y cuánto han contribuido en este virtuoso estilo. John Petrucci se pasea por las cuerdas como quiere con su vago style, John Myung impecable en el bajo, Jordan Rudess genial como siempre, James La Brie bien de salud y un Mike Mangini correctísimo, aunque que para mi igual está a la sombra de Mike Portnoy y su indiscutible presencia en las percusiones. Aun así, el show que nos brinda el quinteto te saca todo el jugo con una sucesión de cambios y líneas melódicas que deleitaron a todos los presentes.

Tras una pequeña pausa de medio tiempo, el show se reanuda para dar paso al plato principal y lo más esperado de la velada: La ejecución íntegra de la obra maestra que editó DREAM allá por el año 99’; señoras y señores, con ustedes, “Metropolis Pt.2: Scenes from a Memory”. La emoción no se hizo esperar, puesto que desde que aparecieron las primeras animaciones relativas al disco, más el sonido de las agujas del reloj, la gente se puso como loca. Ya cuando vino el turno de “Overture 1928” estaban todos saltando, cantando y coreando hasta las melodías de la guitarra; en todo caso, el apañe y la alegría del respetable fue una constante a medida que avanzaba la historia de este disco conceptual, el primero de su tipo en la carrera de los norteamericanos.

Pucha, con un discazo como este es difícil separar y destacar unos temas por sobre otros. Pero fue impeque, más allá de alguna desafinada de LaBrie que ya se le perdonan, y creo que nos hemos un poco acostumbrado a que su voz ya no da con algunos tonos. ¡Qué mas se le va a pedir! Si igual le pone empeño y cariño a la cosa, y es bien recibido por su fanaticada siempre. Los temas que más me gustaron como sonaron fueron “Fatal Tragedy”, “Beyond this Life” y ese solo enfermo de guitarra que se manda Petrucci, la más pesaita “Home” o el punto multiorgásmico que significo escuchar “The Dance of Eternity” en directo. ¡La cagaron! De ahí en más me fui por sobre la nube vacilando la última patita del álbum hasta que cerraron con “Finally Free”; aquí sin embargo la arrancá de tarros de Mangini como que no cuajó del todo y más sonó fuera de foco que como un gran final en las percusiones; no transmite la misma energía que la placa en sí. Pero bueno, tampoco es que opacara.

Para cerrar se sacaron un último tema de su más reciente producción, “At Wit’s End”, que fue escuchado respetuosamente por el público presente, aunque ya estaba todo dicho una vez cerrado el tracklist del ya mencionado disco, todo era pura alegría en la cara de los presentes.

No queda más que agradecer a la banda por todo su esfuerzo y su entrega, así como a la productora que nos trajo este excelente tour donde pudimos disfrutar de una de sus obras cúlmines de manera íntegra. Con eso, ya todos estábamos más que dulces. ¡Ojalá hicieran gira una similar con el “Awake” o el “Images and Words”! La cosecha de éxitos de esta virtuosísima banda todavía tiene harto que ofrecer para deleitarnos con sus éxitos de antaño. ¡Hasta la próxima!

Por Hernán Gonzalez U.
Fotos: Claudio Escalona (Ver galería completa en el siguiente Link).