MEGADETH
Declarando principios al borde del colapso

Abril 9/2024, Movistar Arena.

Una jornada simplemente memorable. Lo vivido en el show anoche, que ya es la decimocuarta visita de este ícono del Metal desde aquella primera función en noviembre del 94', fue mágico en todos los aspectos posibles; ya sea por la reacción de sus fanáticos como por la puesta en escena que tiene la banda. Podrán haber venido muchas veces y todo, pero siempre el nombre de MEGADETH levanta carpas y genera expectativas, que esta vez se tradujo en un rápido sold out de todas las locaciones disponibles en el Movistar Arena.

SAKEN
Los teloneros para este magno evento fueron SAKEN, una agrupación que, con dos discos y prácticamente dos décadas de distancia entre el primero y el segundo, se las arregla para entregar un espectáculo formidable. Muy probablemente motivados por la oportunidad que representa el poder tocar en un escenario tan multitudinario como lo es el Movistar Arena de Santiago teloneando a una leyenda del thrash. Pero yo creo que ni ellos ni nadie se esperó siquiera en sus más extraños sueños que apareciera como invitado especial el mismísimo Andreas Vingbäck, vocalista de la agrupación sueca de Black Metal DARK FUNERAL.

Para cuando los nacionales terminan su presentación, los presentes se encuentran sobradamente satisfechos, esperando el plato fuerte de la noche.

MEGADETH
MEGADETH es una banda que a estas alturas podría decirse que no necesita una presentación. Pero con los diferentes cambios en la formación del conjunto norteamericano, se hace preciso mencionar la -espero que sea así- permanencia definitiva de Teemu Mäntysaari en la segunda guitarra, mientras que a la batería está Dirk Verbeuren y James LoMenzo en bajo.

El puntapié inicial del show vino con "The Sick, ¡the Dying… and the Dead!", un tema de por si ágil y avasallador, el cual se hace respetar por el público al corearlo, aunque no con tanto ímpetu como se le reserva a los clásicos más icónicos, pero de todas formas con un decente interés por parte de la audiencia. Tras el segundo corte vendría el turno de "Dystopia", que marca la época en que el ex-guitarrista Kiko Loureiro hacía su primera aparición junto al colorado Dave. Sin embargo, todo se estremece como no había ocurrido hasta ese entonces apenas se escucha la melodía de "Hangar 18"; es ese el momento exacto cuando se desata el fervor total del público. Y desde allí los coros, el mosh, los saltos, y los icónicos gritos de '¡ME-GA-DETH!' se hicieron sentir durante los espacios de tiempo en que la voz de Mustaine desaparecía para dar paso a potentes riffs, y donde todo se condensó en un éxtasis musical generalizado.

Temas como "This Was My Life", "She-Wolf", "Trust" o "A Tout Le Monde" mantienen la euforia colectiva que produce el evento. La emoción de la fanaticada es completamente palpable, tanto como el entusiasmo de los músicos al presenciar que su esfuerzo es recompensado con el clamor, cariño y respeto de quienes los escuchan. El histórico cantante sonríe, se detiene a conversar con el público en determinadas ocasiones, mientras que los otros integrantes se pasean ejecutando sus instrumentos de manera prodigiosa y demostrando su domino escénico, en una sinergia agradablemente contagiosa.

Cabre resaltar uno de sus mayores éxitos comerciales, "Symphony of Destruction", una canción que posee una tenebrosa, pero completamente acertada (y vigente), letra sobre la tan característica megalomanía de nuestra especie. Para ejemplificar esto, basta con decir Estados Unidos, Rusia, China, Israel o Irán para saber que la delgada línea entre conflictos 'acotados y aislados' y la tercera guerra mundial pende de un hilo. En fin, la historia no se repite, pero rima. Llega la hora de "Peace sells", una ácida crítica a los sistemas políticos que han fallado a lo largo de la historia, las falsas promesas de que “el pueblo es el que manda”, y no quienes pueden vender y comprar la paz, hace que retorne el éxtasis más puro que puede contemplarse durante un evento de las características que ofrece este tipo de música.

MEGADETH siempre se ha caracterizado por ser polémico, desde su crítica a políticas que bien algunos categorizarían más de izquierdas, y en otros casos de derechas, "Holy Wars... The Punishment Due" no deja ninguna duda con respecto a la posición de Mustaine sobre la guerra, así como el asesinato y genocidio en base a la religión. La mención al conflicto Israel – Palestina no es ni por asomo un subtexto, sino que está introducido íntegramente en la lírica: "A country that's divided, surely will not stand, My past erased, no more disgrace, no foolish naïve stand, The end is near, it's crystal clear, part of the master plan, Don't look now to Israel, it might be your homeland”, “They killed my wife and my baby, with hopes to enslave me". "Holy Wars..." es un temazo, probablemente el mejor de toda su discografía, y un cierre perfecto a un regreso ampliamente esperado por la comunidad metalera de Chile.

Ojalá este no sea el último concierto que nos haya ofrecido la banda del colorado, sino que el futuro nos depare muchos más, siempre y cuando la raza humana siga existiendo o bien no se haya reducido a diminutos escombros de lo que hoy tenemos como humanidad.

Por Joaquín Madariaga B.
Fotos Miguel Fuentes O.

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