Octubre 24/2015, Club Rock & Guitarras:

Mi curiosidad superó las molestas de la gripe y fui a ver qué tan maestro sería el plan que nos ofrecerían MASTERPLAN en el Rock y Guitarras.

Para comenzar, llamó mi atención el poco volumen de personas que esperaban el evento, pese a estar tan cercanos a la hora y digámoslo: Era sábado a las ocho, la previa perfecta para cualquier carrete. No conocía el lugar, y como bar, me pareció agradable y amplio.

MASTERPLAN salieron enérgicos y contentos, y rápidamente noté como el volumen de personas se duplicaba; es curiosa la sensación sin teloneros. Pese a agradecer el horario, sería interesante tener la oportunidad de saborear algún tipo de propuesta nacional antes de ir a lo que vinimos. Los preámbulos siempre son bienvenidos.

Lo primero que debo recalcar en términos de sonido, es: ¡¡¡Qué mal sonido hubo!!!. Cero coherencia en volúmenes. Por un rato, sentí que tenía en un oído la guitarra y en el otro la batería, elementos que me producían confusión respecto a lo que proponía la voz y el piano (sonidos fundamentales para la banda).

Puedo decir que me agrada el diálogo melódico-duro que resulta de los cambios y en ese sentido, claramente cumplen el rol de banda Power Metal. En varias ocasiones, las simpáticas presentaciones auguraban que algo emocionante sucedería y desde los primeros sonidos extraños desde el piano (sonidos predilectos para mí), o las virtuosas y entusiastas guitarras, se establecía un vínculo con los auditores, algo así como una promesa. Para mi desencanto, dicha promesa no llegaba a puerto. ¿Triste, no?.

El punto fuerte, son los solos, pero parecía ser la única con esta sensación. Mientras tanto, el público es leal y muy demostrativo. Es una de las cosas bonitas de los espacios más pequeños, versus los estadios o los grandes teatros. Creo que es una de las pocas, si no la única oportunidad, en la que he visto metaleros bailar. Me divertía observar la desesperación con que saltaban y empuñaban sus manos insistentemente como manifestándose hacia sus líderes. En este sentido, la banda es muy agradable e instauran una comunicación fluída, divertida y motivante. Hay una complicidad en el diálogo, onrnamentada por bromas, comentarios cotidianos que tendrías con un amigo y una actitud que me encantó: "Venimos a compartirlo con ustedes". Eso, aminoró muchísimo mis ganas de descargar mi gripal y auditiva rabia con el sonidista.

Comenzó el tradicional agotamiento y volví a sentir la gripe; en esta sensación surrealista me encontraba al observar, hasta que los problemas de sonido se tornaron tan drásticos, que comenzó una divertida y amable interacción con el sonidista al que se le hacían muecas como desde el "¿Por favor, podrías subirle a esto y bajarle a eso?" en extremo amable. Yo le habría dado un par de miradas y recomendado una ida a revisar esos oídos.

En ese momento, introduciendo lo que será el próximo tema, agradecen la concurrencia y lo siguen de un "...y estamos todos tan agripados". Sencillamente me encantó. Una vez más, la calidez compensa las debilidades arriba del escenario.

En términos generales, podría decir que se pierden melodías, tonalidades y armonías. Es como contemplar a una barra de fútbol en el estadio, ¿Podrías decirme en qué tonalidad cantan?. Confusión. Eso sentí. La fórmula se agota y pese a que nos invitan a "Keep Your Dream Alive" e insisten con frases como "I´m not Affraid, you know?", ya me perdieron y pasan de ser un plan maestro, a plan absolutamente plano.

PD: Para los fanáticos. Ustedes sostienen el castillo. Mis respetos.

Por Macarena Reyes M.
Fotos: Mauricio Navarro Mičin. (Ver galería completa en el siguiente Link.)