Creo que yo como muchos de los que en estos momentos están leyendo esta columna, han sentido en más de alguna oportunidad el cantar de los “Canutos” en las afuera de su domicilio los domingos en la tarde; antes de proseguir con mi relato, creo que es necesario de que todos sepan porque a los evangélicos se les llama o se les conoce como Canutos, bueno esto proviene de hace muchos años atrás y es porque el primer hueón que llegó con esa tendencia religiosa, se llamaba Juan Bautista Canut de Bon.

Muchas veces, al salir de mi casa vestido completamente de negro, estos “entes” religiosos me han mirado con cara de espanto, y misteriosamente se ponen a entonar sus melodías con un volumen más elevado; de hecho la frase: “Ven a él, pecador” se repite constantemente en mi cabeza, pero al poner un buen tema de Death Metal, ésta, desaparece de inmediato.

En ciertas ocasiones, para disuadir a esa chusma, he salido a regar el jardín sólo con el afán de alejarlos de mi casa, queriendo emular un guanaco casero, pero estos hueastancios son duros de cabeza, más que la mismísima Camila Vallejos (al menos ella es rica); por último si las minas de canutas fuesen ricas o mostraran algo más que sea, quizás podría “ser más soportable”, pero aparte de cartuchas y recatadas son hueonas para vestirse. En estos años andar con una falda hasta los tobillos, es sinónimo de que tienen las piernas muy peludas o que no tienen nada bueno que mostrar.

Otra hueá a la que haré referencia es al maestro de ceremonias, se trata de un viejo petaco con un terno del año de la callampa y peinado con gomina (o jugo de limón), que con biblia bajo el brazo incita a gritar la masa de giles: ¡aleluya!, ¡alabado sea el señor!, etc. También dirige a su pseudo orquesta, como todo un Horacio Saavedra pero con un oído obsoleto o conectado con el orto, porque puta que cantan mal esos jetones.

¿Y qué puedo decir del pelotudo que se engrupió a un grupo de viejas menopáusicas, de que él, gracias a su fe, podía hacer llover oro? la lluvia dorada habrá querido decir; si fue patético ver en las noticias a esas gallinas cloecas defender con dientes y uñas a su “amado” pastorcito de las garras de las tortugas ninjas, cuando interrumpieron su culto en el paseo Bulnes. De seguro si esas eñoras hubiesen visto ese maravilloso capitulo de Roberto Manfinfla, hubiesen querido que desde el cielo le mandaran nieve, jajajajaja.

Así podría seguir enumerando mis vivencias con estos emisarios del señor, quienes tratan de meter la religión a toda costa, los que tienen templos para bailar al ritmo del temblor con frenesí, porque esas son verdaderas orgias motivadas por la fé; ahora si tienen lugares de encuentro ¿por qué chucha se paran afuera de mi casa a cantar?. Acaso ¿a ellos les gustaría que me “ganara” afuera de sus casas con una banda como Disgorge o Deicide para enviarles un mensaje lleno de optimismo?...yo creo que no, pero no sería mala idea; ya que es la única forma de que entiendan que son unos hincha hueas.

Espero que se tomen esto con humor y no sean tontos graves, porque puta que hay gente que se siente ofendida al escuchar la opinión de otro mortal.

Gracias por leer estas líneas, si no fuese tan temprano les invitaría un litro de la sangre de Cristo, pero sería mal visto llegar ebrio al trabajo.

Por Gustavo.